El Cabildo de Gran Canaria, a través de la Consejería de Presidencia, Cultura y Nuevas Tecnologías, acaba de restaurar la Virgen de Guadalupe (Iglesia de Moya). Aunque de autor desconocido, fue retallada por Luján Pérez, lo que explica el valor de la pieza.

Talla Virgen de Guadalupe

La imagen presentaba un “deterioro grave” que dificultaba la compresión en su aspecto estético, según los informes técnicos.

Su restauración, que ha permitido recuperar en gran medida el valor de la pieza respetando las modificaciones realizadas por el famoso imaginero guiense, ha proporcionado información completa y exhaustiva de la obra.

Tras ella, se pueden apreciar claros rasgos de la gubia en la imagen de la Virgen que, a diferencia del Niño, fue totalmente rediseñada por Luján, según ha confirmado Inés Cambril, restauradora a la que el Cabildo contrató para hacer este trabajo.

 

OTRAS INTERVENCIONES

En total, el Cabildo de Gran Canaria ha invertido recientemente 47.000 euros en la restauración-conservación de varios e importantes bienes patrimoniales. Así, a la Virgen de Guadalupe se suman una valiosa pila bautismal, un Cristo de Luján Pérez y retablos de cuatro templos de la Isla.

La pila bautismal de la Iglesia de San Miguel, en Valsequillo, es una de las piezas de mayor interés del municipio, junto con las obras flamencas de Era de Mota. De estilo mudéjar (pudo fabricarse en Sevilla, en los alfares trianeros de finales del siglo XVI), fue hecha en cerámica y está bañada en vidriado verde, pero su verdadera originalidad radica en que podría haberse empleado, junto a otra de Gáldar, para los primeros bautismos de antiguos canarios por los castellanos.

La pieza aparece en el inventario parroquial de 1815 y estuvo previamente en la Iglesia de San Juan Bautista (Telde), donde fue sustituida por otra de mármol entre 1770 y 1780. De hecho, presentaba daños provocados durante aquel traslado, así como añadidos, cloruros y suciedad generalizada. Ha sido restaurada, por 10.695 euros y en cinco meses, por la especialista Cristina Ojeda, que, entre otros objetivos, trató de devolver su estabilidad y la unidad estética a la obra.

La restauración del Cristo Atado a la Columna (Basílica Nuestra Señora del Pino, Teror), obra de Luján Pérez, corre a cargo de Carlos Valero. Realizada en 1793, esta talla de cuerpo entero constituye una de las mejores del imaginero guiense. La escultura, localizada en el retablo colateral de La Epístola, presentaba daños fruto de sucesivos retoques llevados a cabo por manos poco expertas. El trabajo de Valero, que cuesta 15.000 euros y dura cinco meses, servirá para devolverle su unidad estética y frenar el deterioro que sufre, eliminando repintes y viejos tratamientos en el soporte.

Finalmente, dentro de un plan preventivo que ha venido impulsando y en el que últimamente ha invertido cerca de 12.000 euros, el Cabildo ha desinsectado valiosos retablos de las iglesias de Santo Domingo de Guzmán y Santa María de Guía, que albergan gran parte de la imaginería de Luján Pérez, así como la ermita de San Roque, también en Guía, y la Capilla de San Martín, en Las Palmas de Gran Canaria.