EFE.- Los niños de la casa de acogida de Anidan en Kenia se preparan para la gira europea ‘Tambores para la convivencia’, en la que mezclarán su percusión con la música clásica de la joven Accademia Santa Cecilia de Roma y Orfeón Donostiarra, además de la Joven Orquesta de Euskadi. Para todos ellos, será un punto de inflexión.

Tambores para la convivencia

Tambores para la convivencia

‘Tambores para la convivencia’ es un proyecto de Bloko del Valle que tiene previsto arrancar sus primeros sones el 11 de abril en el Auditorium Parco della Musica de Roma y en su periplo de dos meses recalarán en Bilbao, San Sebastián, Vitoria, Zaragoza, Madrid y Tenerife, anuncia en una entrevista a Efe Gotzon Cañada, miembro de la asociación.

‘Bloko del Valle’ es una asociación cultural apoyada en la percusión brasileña que nació en Tenerife y que promueve desde hace tres años el proyecto «Dona tu tambor», dirigido a colectivos de niños desfavorecidos.

Comenzó su andadura con la casa de acogida y el hospital «Pablo Horstman» que auspicia en la isla de Lamu, la ong española Anidan, que acoge actualmente a unos 260 niños y trata gratuitamente a más de 18.000 cada año.

El proyecto «Dona tu Tambor» dirigido por Unai Cañada, consiste en crear una escuela de percusión aportando instrumentos, profesores, bases rítmicas y programas de estudio.

La música, recuerda Gotzon Cañada «además de generar unos resultados espectaculares a nivel personal, puede ser una salida profesional para muchos niños de países poco favorecidos».

Por ello, con esta primera gira europea se pretende recaudar fondos para seguir dotándoles de instrumentos, repuestos y clases ya que ahora hay dos grupos de percusión que se intercambian los 25 tambores donados.

También se intenta aumentar el número de percusionistas, ya que el potencial de los más pequeños «es impresionante».

«Gracias a la facilidad que tienen los niños para la percusión, es una sencilla terapia para que chicos con problemas recuperen su autoestima. Además, con la importancia que en esa zona de África se da a los músicos es una manera de proporcionarles los elementos necesarios para que, algunos de ellos, puedan «profesionalizarse» y encontrar una forma de vida digna», precisa.

La primera gira de la Anidan-Bloko del Valle Junior’s Band por Europa se presentará el 22 de este mes en Kenia con una actuación de la banda conjuntamente con el Bloko del Valle, dentro del Lamu Cultural Festival 2013.

A principios de abril de 2014 partirá la expedición musical hacia Roma donde, tras una semana de convivencia y preparativos se realizará el concierto «Musica per Lamu» con la Joven Orchestra y Coros de la Accademia Nazionale de Santa Cecilia.

Este concierto tiene un precedente en marzo de 2013, cuando la orquesta tocó en combinación con videograbaciones de la banda juvenil keniana, pero esta vez la Anidan-Bloko del Valle Juniors Band de Lamu actuará en directo junto con los niños y jóvenes de la orquesta romana.

Del 13 al 20 de abril los pequeños músicos estarán en el País Vasco, donde convivirán con los 90 componentes de la Euskadiko Ikasleen Orkestra – EIO (Joven Orquesta de Euskadi), los 60 del Orfeoi Gazte (Joven Orfeón Donostiarra) y 10 niños de la Accademia de Santa Cecilia, dirigidos por Iker Sánchez.

Los jóvenes percusionistas, que concluirán su gira el 6 de mayo en Tenerife tras haber actuado en Bilbao, San Sebastián, Vitoria, Zaragoza y Madrid, estrenarán además la obra «África», de Donato Goienetxe, en lo que supone «la ocasión perfecta» para que el público la conozca, afirma Gotzon Cañada.

Estos eventos unirán tres países, Kenia, Italia y España, utilizando la música como vehículo para el crecimiento personal y la convivencia entre culturas, prosigue Cañada, quien no oculta que resulta complicado mezclar percusión y música clásica en niños que no han tenido formación musical, pero que suplen esta carencia «con corazón».

Otro obstáculo que han encontrado en la gira es el financiero, lo que limita a siete el número de niños de Lamu que podrán tocar en Europa y al respecto, Cañada apunta que «si consiguiéramos un poco más de dinero, podrían viajar hasta diez».

En todo caso, siguen viendo con sorpresa cómo en tres años se ha generado ‘un proyecto potentísimo’ que puede suponer ahora ‘un punto de inflexión muy fuerte para el futuro de los niños. Sabemos ya que algunos van a ser profesionales de la música sin duda alguna’.

Lo que empezó como un juego, cuando los niños se quejaban de que los tambores les hacían daño en manos y rodillas, ahora les ha abierto la posibilidad de venir a Europa «con un ritmo que sólo tienen ellos», precisa Gotzon Cañada.