EFE.- La literatura latinoamericana actual se nutre de la normalidad y refleja situaciones como el narcotráfico o la inmigración hacia Estados Unidos, mientras antes se inspiraba en dictaduras personales como las de Trujillo o Somoza, ha dicho el escritor Sergio Ramírez.

Sergio RamírezLa creación literaria «siempre ha estado vinculada a la realidad latinoamericana, se ha convertido en una cámara de resonancia de esa realidad, es un mundo aparte, una realidad paralela», pero toma todos los elementos del exterior, considera el escritor, quien visita Las Palmas de Gran Canaria invitado por la Cátedra Vargas Llosa.

La literatura trata sobre los individuos, y cuando se ven afectados por grandes fenómenos sociales que «irrumpen en su vidas, adquieren categoría literaria», según ha señalado el también exvicepresidente de Nicaragua durante una rueda de prensa.

Ramírez se considera a sí mismo un escritor realista, «al estilo de Flaubert, porque no puedo desvincular la literatura de lo que está sucediendo a mi alrededor o de lo que ocurrió alguna vez en la Historia, de donde salta un personaje o salta algún acontecimiento novelable, se trata de vestir y desvestir a los seres humanos».

«Las pasiones humanas son siempre las mismas, el amor, la locura, los celos, la ambición de poder», y para un escritor no se trata más que de tomar sus modelos contemporáneos y traspasarlos a otras épocas.

En su obra ‘Margarita está linda la mar’ ha querido reflejar la soledad y el poder a través de dos acontecimientos históricos, el regreso de Rubén Darío a Nicaragua y la conspiración contra el dictador Anastasio Somoza.

Son hechos que en la obra literaria se alteran y algunos de ellos «están mejor en la novela que en la realidad», a juicio de Ramírez.

En cuanto al protagonismo social de los escritores, considera que «los modelos políticos han fracasado, o no son como los veíamos antes», lo que ha llevado a una crisis de compromiso por parte de los intelectuales, aunque siempre se debe defender la democracia.

Ramírez se ha referido a la situación política actual de Nicaragua y ha criticado la perpetuación en el poder con un régimen presidencialista que mina la democracia.

Preguntado sobre los recortes económicos que se aplican a la cultura, Ramírez cree que «es lo más débil que hay, nadie la defiende» y en Latinoamérica sufre las políticas que impone el Fondo Monetario Internacional.

A su juicio, la premisa económica según la cual «sin disciplina fiscal no puede haber desarrollo es una gran falacia», porque en Nicaragua, por ejemplo, se mantienen los ajustes pero no hay una redistribución de la riqueza y en los últimos años han crecido las grandes fortunas mientras que la pobreza ha aumentado

«No hay cambios estructurales, eso de que los planes de ajuste automáticamente van a producir bienestar es una gran falacia», ha manifestado Ramírez.