«Movilidad y Gran Vecindad en las Regiones Ultraperiféricas de la Unión Europea», es un interesante libro sobre los aspectos demográficos, sociales y económicos, realizado por expertos de estos territorios

EFE.- Las regiones ultraperiféricas de la Unión Europea comparten problemas comunes de desarrollo social y económico, pero a la vez son territorios muy heterogéneos, y por lo tanto necesitan políticas europeas diferenciadas de las continentales pero a la vez diferenciadas entre sí para adaptarlas a sus distintas realidades.

Dirk Godenau, profesor de economía aplicada de la Universidad de La Laguna y director científico del Observatorio de la Inmigración en Tenerife (Obiten), hizo esta reflexión durante la presentación del libro «Movilidad y Gran Vecindad en las Regiones Ultraperiféricas de la Unión Europea», un estudio realizado por expertos de varios de estos territorios.

Por primera vez, investigadores de diferentes regiones ultraperiféricas analizan los retos comunes y las diferencias de estos territorios en este libro, financiado por el Cabildo de Tenerife y dirigido por Dirk Godenau y María Asunción Asín, profesora de derecho internacional privado en la ULL y miembro del equipo científico de Obiten.

El estudio aborda sobre todo aspectos demográficos de La Reunión, Guadalupe, Azores, Madeira y Canarias y sus implicaciones económicas y sociales.

Todas estas regiones tienen en común que son pequeños sistemas abiertos, con una dinámica demográfica condicionada por los acontecimientos económicos de sus respectivos países (Francia, Portugal y España) y por la situación geopolítica en la que se desenvuelven, explicó Godenau.

«Las regiones ultraperiféricas de la Unión Europea cuentan con una dinámica socioeconómica marcada por su posición como regiones froterizas comunitarias de pequeño tamaño y alejadas del continente europeo», explicó.

Todas se enfrentan a fenómenos de volatilidad y de vulnerabilidad, y todas tienen dificultades a la hora de superar estos retos, pero con perfiles distintos.

El estudio apunta a la heterogeneidad demográfica de las regiones analizadas, ya que no todas cuentan con una pronunciada presión inmigratoria y algunas incluso siguen perdiendo población por la emigración.

También son pronunciadas las diferencias en natalidad y en esperanza de vida, y por tanto en el crecimiento natural de sus poblaciones, que avanzan a un elevado ritmo en lugares como Canarias pero no así en otros como Azores.

En el apartado económico, el estudio muestra a su vez importantes diferencias en las estructuras productivas. «No todas tienen una clara vocación turística, el resto del sector servicios es muy variable y también el peso del sector público», explicó Dirk Godenau.

Las regiones ultraperiféricas tienen en común el valor estratégico de la economía portuaria, la escasa relevancia de la industria y el elevado peso de la alimentación dentro de ese sector industrial.

Asimismo, las regiones ultraperiféricas cuentan en todos los casos con un gran potencial en energías renovables, pero no todas las aprovechan, y en este aspecto los territorios franceses son los que llevan la delantera.

Dirk Godenau señaló que este estudio abre nuevas vías de investigación en el ámbito académico, como estudios de movilidad en las regiones fronterizas de la Unión Europea y su integración en el entorno geográfico inmediato.

Además, la mayor volatilidad económica y demográfica de los sistemas insulares facilita el estudio de las implicaciones del efecto combinado de ser regiones pequeñas pero muy abiertas al exterior.

Otro campo de investigación sería analizar las legislaciones que se aplican en las regiones ultraperiféricas en cuanto a movilidad de personas, inversiones y transacciones comerciales, un conocimiento que permitiría abordar mejor las dificultades para la cooperación transfronteriza de estos territorios.