A través de Colectivo Colectivo

Texto que resume nuestra intervención en el debate «Zombies y Fetos en las artes plásticas«, que tuvo lugar en el Festival Pensarte el pasado 8 de mayo, en lo que a nuestra propuesta de «feto» se reviere: El colectivo artístico. Respecto al zombie, propusimos «el artísta vertical», para el que realizamos una invertención basada en un discurso colectivo y simuntáneo, una suerte de cacofonía inteligible.

Zombies y Fetos en las artes plasticas

El artista vertical tiende a generar una fragmentación a través de sus monólogos disociados con la realidad común, traduciéndose en una cacofonía inteligible.

Si entendemos el colectivo como una estructura donde las diferentes individualidades crean un lenguaje común para poder desarrollar el arte y a los propios componentes que lo conforman, se vuelve incomprensible su casi total ausencia en el ámbito de las artes y en particular en Canarias.

Esta ausencia fomenta la presencia y el desarrollo de ese sujeto individual, al que denominamos “artista vertical”, que no es sino una representación del individuo atomizado propio de la sociedad capitalista. Debemos por tanto fomentar la unión o cohesión en la sociedad para que exista igualdad entre los miembros que la componen, pero sin olvidar que, dentro del conjunto igualitario, cada sujeto tiene una serie de características que lo diferencian.

Para poder  formar esta cohesión social mediante el colectivo artístico, se impone, pues, repensar las cuestiones de autoría, así como la propiedad intelectual.

No existen obras de arte, sino trabajos y prácticas artísticas productoras de criterio y conocimiento, no de objetos.

Esta es una tarea difícil dado que la formación de pensamiento crítico y la divulgación del conocimiento libre no interesa al actual sistema. Y por tanto, lo que no termina de nacer es una educación que forme individuos críticos, especialmente en las academias; una educación que fomente el conocimiento desde una perspectiva holística, transdisciplinar. Se educa al sujeto por medio del éxito personal, el ‘yo’, a través de la individualidad competitiva y el elitismo.

Mancha logo ColectivoEsta competencia y la pertenencia a una “clase” o “élite” no se contempla dentro del colectivo. La estructura a la que responde la idea de Colectivo muestra aspectos que podrían mantenerse estables en el tiempo, como el de ejercer de catalizador de ideas o propuestas que los miembros de éste quisieran desarrollar. Pero al mismo tiempo, los individuos que lo componen hacen que en cada etapa, dependiendo de quienes participen de él, hagan que presente un enriquecimiento apodíctico y unas características particulares.

Es esta presencia de características particulares, el amplio número de aspectos diversos y convergentes, donde se encuentra, quizás, la principal virtud del arte colectivo. Así, encontramos a grupos que llevan a cabo un proceso análogo al de formación de un individuo, aunque recogiendo en sí mismos, todas aquellas particularidades que son imposibles de  contemplar en el arte institucional, un arte este último que es reflejo de la sociedad al tiempo que transforma a la misma, partiendo de la reiteración académica de la formación de artistas verticales que velan por competir en el mercado del arte. Ante esto pensamos que la intención de un colectivo es hacer frente a esta problemática actuando al margen de la esfera elitista del arte convencional.

De esta forma el sujeto colectivo se constituye como agencia transformadora capaz de romper la inercia capitalista que mercantiliza la creación artística. Al tiempo que se convierte en ejemplo de organización antisistémica necesaria basada en la autogestión, el apoyo mutuo y la solidaridad, actuando partir de valores básicos como el sentimiento de compañerismo y creando vínculos inquebrantables que nos enriquecen como individualidades y también a nivel colectivo. Estas conexiones permiten la creación de una obra más completa, mucho más consciente y consecuente con las realidades que la rodean, poniendo en duda la realidad mercantil gestionada por un sistema responsable de que la organización colectiva no termine de ser, constituyendo por tanto, un feto, un nacimiento reprimido por el afán de individualidad, el “ser único y especial”, y la búsqueda del beneficio personal.

Sin embargo en nuestra sociedad ya no se demanda un “yo”, sino un “nosotros” y por tanto promovemos un arte colectivo, una vivencia colectiva frente a la creación individual mercantilizada hasta el absurdo. Proponemos un arte colectivo que nos permita recuperar el empoderamiento de nuestra vida.

 

 

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