El director de Ediciones del viento participa con el escritor en las Conversaciones en La Ranilla del Festival Periplo este miércoles
Viento Simún es la colección de literatura de viajes más consolidada en España
Un total de ochenta títulos integran Viento Simún, la colección de Ediciones del Viento dedicada a los clásicos de la literatura de viajes del siglo XIX y XX. El editor gallego Eduardo Riestra, director de la editorial, habla este miércoles sobre la literatura de viajes y el mar con el escritor Javier Reverte. Conversaciones de la Ranilla, Festival Internacional de Literatura de Viajes y Aventuras, Periplo, carpa del Museo Arqueológico de Puerto de la Cruz, miércoles, 17 de septiembre, 20.15 horas, son las coordenadas de este especial encuentro literario.
Ediciones del Viento es una iniciativa joven: solo tiene once años; una pequeña editorial que nació por “esas peripecias del destino”, en un cambio de ciclo profesional en el que el editor, antes ejecutivo de empresas, dedicado al sector financiero y de servicios y se encontró con la posibilidad de iniciar una nueva labor, que considera “una aventura, en realidad presente desde mi juventud”, porque desde joven ha sido gran lector, bibliófilo, coleccionista de primeras ediciones, y amante de la literatura.
Esa oportunidad “explotó en 2003, con unos grandes amigos”, entre los que destaca a Javier Reverte, Manu Leguineche, y otros escritores que sirvieron de padrinos a la editorial, que en poco más de diez años ha creado un catálogo de 200 títulos, y esta colección de literatura de viajes, “probablemente, la única colección de viajes que se haya hecho nunca en España, a pesar de que ya en los años 50 y 60 se había editado libros de viajes”.
El motivo de este esfuerzo por estas publicaciones tan especializadas es también personal: “siempre me han fascinado los lugares exóticos” y además sentía el “vacío en las librerías” de obras de esta temática en español. “El proyecto inicial no era publicar obras de viajes, sino rescatar obras que me habría gustado tener y ya no encontraba en las librerías. Me di cuenta de que muchos de los libros que quería publicar eran de viajes y efectivamente, encontramos mucha obra fundamental sin traducir, no editada en España, y otra cantidad considerable que estaba descatalogada, había desaparecido”.
El público de la literatura de viajes, según la experiencia de Viento Simún “es muy cómplice, no es muy numeroso, pero sí fiel y seguidor”. Entre los compradores de los libros de la colección están los que buscan siempre el último, sin preguntar más, “se fían de nuestra selección y están conformando bibliotecas con nuestros títulos, según van saliendo”. Se trata de un “público específico, también literario, con un cierto nivel de exigencia, al que mimamos mucho”.
El papel de los editores
En España, cuenta Riestra, ya había existido un momento importante para la literatura de viajes, a finales de los años 50 y en los 60, pero había desaparecido. “El gran recuperador de la literatura de viajes es Javier Reverte”, ya en los primeros años de este siglo, con El sueño de Africa, un libro que consiguió ser editado gracias a la lucidez de Mario Muchnik, “lo que demuestra el papel de los pequeños editores de raza”, reflexiona el editor gallego. “Este libro descubrió para el lector español el mundo de la literatura de viajes”.
Actualmente, hay una “moda de pequeñas editoriales en España”, dice Eduardo Riestra, que reivindica al “editor que descubre, no solo el que rescata, el editor que descubre cosas nuevas y publica textos inéditos”, algo que es menos frecuente en nuestro país, donde abunda más la recuperación de autores olvidados, mientras que “hay mucha gente que está escribiendo ahora y no tiene un sello para publicar”.
Riestra considera que hay espacio para todos en el mundo editorial: “las grandes editoriales se llevan los textos para el público más amplio, los que generan grandes cifras, dejando huecos en donde picotean las pequeñas editoriales, como los pájaros después de la siega”. Por eso, para el editor gallego, las pequeñas editoriales y la fusión de los grandes grupos editores están muy relacionadas. Riestra considera que ninguno de estos fenómenos significa automáticamente un nivel de calidad, ya que esta depende de la labor del editor.