La exposición Efímeros del artista tinerfeño Tarek Ode recorre buena parte de su producción. Se exponen en la Galería Espacio Abierto varias de sus propuestas, desde los años 90 hasta la actualidad, con una técnica particular y destacada. Ode trata de encapsular mucho de su quehacer en torno a las primeras producciones de la disciplina fotográfica, donde la larga exposición era imprescindible para captar el objeto referenciado. Las estampas quedan, de este modo, permanentemente intervenidas.

En las obras presentes de las series Tiempo perdido, vestigios de la memoria y Tiempo infinito las piezas referencian localizaciones a lo largo y ancho del globo relacionándose, unas con la Historia del Arte, caso del Templo de Pula en Croacia o el gran Buda de Sri Lanka; el ejercicio de la contemplación y la conciencia de la inmensidad, caso río Guangzhou; con el valor cultual, un cruceiro, o con el eminentemente humano.

Con todo, no es justo afirmar que la voluntad de Ode es la de capturar la esencia del movimiento humano en estos decorados, sino la relación que se podría tener con el propio paisaje. Al remitir a etapas anteriores mediante la técnica, realiza un ejercicio de apropiacionismo de cada instantánea para que esta sea repensada desde una temporalidad variable. Ambos conceptos colisionan: el daguerrotipo y el efecto de larga exposición remiten al deseo de incrementar la memoria humana a partir del cual nació la propia fotografía, mientras que el disparo en sí produce una imagen mil veces reproducible y manipulable en tiempos actuales.

De algún modo, la horquilla cronológica acontece en tanto bagaje del espectador. Al contemplar una portada mozárabe presente en Tiempo perdido se ubican las posibilidades de representación desde su época concreta: desde el s.XII hasta la actualidad. Todo ello alcanza un valor especial al contemplar la serie Nueva York, ya que precisamente esta urbe siempre ha sido considerada paradigma de actualidad. No se trata tanto de capturar postales del bullicio característico, sino conceptos que forjan la identidad subyacente de la ciudad: el Puente de Brooklyn, un deli, la silueta del Pensador

Asimismo, resulta menester citar las últimas investigaciones del artista: Detritus, donde en lugar de explorarse la descomposición de la materia que sugiere el término, se investiga acerca de las relaciones entre ella, tomando como punto de partida la piel humana, eternamente perecedera, y conectándola con aquellos elementos que dan razón de ser al detrito: vegetales y animales.

La obra expuesta de Ode es reflexiva y relacional. Más allá de lo llamativo del resultado final, debe considerarse un acopio y una investigación acerca de la manera en la que la fotografía se enfrenta al tiempo presente.

el tiempo de Ode

Tiempo perdido, vestigios de la memoria

 

Tarek Ode. Efímeros.

Galería Espacio Abierto. C/Callao de Lima, 39. Santa Cruz de Tenerife.

Hasta el 10 de enero.