El viernes 13 y el sábado 14 de enero, en los dos auditorios capitalinos, junto al Coro Filarmónico Eslovaco y el Coro de la Ópera de Tenerife. Josep Pons dirigirá ‘Gurrelieder’, de Schönberg, la obra para plantilla sinfónico-coral más amplia de todos los tiempos, con más de 300 músicos en escena

 

Nino Díaz, Josep Pons, Aurelio González y José L.Rivero

Llega al 33º Festival Internacional de Música de Canarias (FIMC) el que será uno de los hitos que depare esta edición: la fusión, por primera vez en un mismo escenario, de las dos grandes orquestas de las islas, la Filarmónica de Gran Canaria y la Sinfónica de Tenerife. Bajo la dirección del maestro Josep Pons, interpretarán ‘Gurrelieder’, la obra sinfónico-coral para la plantilla más amplia que se ha compuesto. Lo harán junto al Coro Filarmónico Eslovaco y el Coro de la Ópera de Tenerife, en dos conciertos que tendrán lugar el viernes 13 y el sábado 14, a las 20.30 horas, en los auditorios de Tenerife ‘Adán Martín’ y Alfredo Kraus de Las Palmas de Gran Canaria, respectivamente.

Josep Pons dio a conocer hoy a los detalles del concierto en una rueda de prensa junto al viceconsejero de Cultura del Gobierno, Aurelio González; el director insular de Cultura del Cabildo de Tenerife, José Luis Rivero; y el coordinador del 33 Festival, Nino Díaz.

Tras 32 años siendo parte fundamental de cada edición, el Gobierno de Canarias ha querido llevar al público este año la puesta en común del prestigio y buen hacer de estas dos orquestas, buques insignia de la historia cultural en las islas del último siglo. Aurelio González destacó el gran valor simbólico «de este acontecimiento cultural», que establece «un diálogo musical y cultural que pretende ser también un diálogo fraternal y social entre los canarios».

Las entradas, desde 25 euros, pueden adquirirse en las plataformas www.auditoriodetenerife.com (Tenerife) y www.entradas.com (Gran Canaria), así como en las taquillas de los dos recintos.

En total, más de 300 músicos sobre el escenario para interpretar esta monumental partitura que Schönberg comenzó a escribir en 1901 y concluyó en 1911, para ser estrenada en 1913. Se basó en textos del poeta danés Jens Peter Jacobsen, traducidos al alemán por Robert F. Arnold. Schönberg lo compuso en los albores de su carrera y en dos periodos: el primero, aún en época predodecafónica, y en el segundo ya en evolución hacia la que fuera su sonoridad predominante. La espectacular obra contempla cinco solistas y un narrador, que en Canarias serán Nikolai Schukoff (Waldemar), Irene Theorin (Tove), Charlotte Hellekant (Waldtaube), Andrew Foster-Williams (Bauer y narrador) y el tenor canario Gustavo Peña (Klaus).

Ambas sesiones, en Tenerife y Gran Canaria, estarán precedidas por una charla introductoria al programa, a partir de las 20:00 horas, una de las novedades del FIMC en esta edición. Será a cargo de la musicóloga Marina Hervás, colaboradora del Festival, responsable de su blog oficial. La experta estará también a disposición para responder posibles preguntas planteadas por los asistentes.

Gurrelieder

‘Gurrelieder’ constituye una obra «de difícil clasificación», según describe el crítico Juan José Olives en el texto del programa que acompañará a estos conciertos. Se sitúa a medio camino entre oratorio, cantata, Lied y drama musical, es decir, «una síntesis de sinfonía y drama expuesta formalmente sobre el cauce de una sucesión de Lieder», concluía el compositor polaco René Leibowitz.

En esta ocasión, se cuentan las desdichas de la relación entre  el rey Waldemar, su amante Tove y los celos de la reina Helvig. Como contexto: el castillo de Gurre.  La gigante partitura tiene tres partes: las dos primeras tienen aún el sabor del «romanticismo musical finisecular, de Mahler, pero sobre todo de Wagner», destaca la musicóloga Marina Hervás en el blog del Festival. Concretamente, en la primera destaca la influencia wagneriana de la anticipación psicológica o descripción del relato; en la segunda, el protagonista expresa su dolor e ira hacia Dios y la orquesta experimenta «un giro expresivo que cambiará el ambiente fundamentalmente lírico de la primera parte», indica Olives.

En cuanto a la tercera y última parte, despliega por momentos «la fuerza completa de la orquesta y de los coros, mostrando su temprana intuición en el arte de las combinaciones instrumentales y vocales», además de notarse ya la influencia de sus obras atonales.

En definitiva, lo más importante de esta pieza es «cómo expresar sentimientos extremos en la música», resume Hervás. «Si, hasta entonces, la tonalidad había permitido según ciertas fórmulas, parecería que en el siglo XX se comienza a pensar cómo se habla en música de la muerte, como si -parafraseando al propio Schönberg- «el cielo estuviera lleno de melodías de violines».

Josep Pons

Al frente de esta enorme plantilla estará el maestro Josep Pons (Barcelona, 1957), que ha dirigido ‘Gurrelieder’ en varias ocasiones, entre ellas hace pocos años en el centenario de su estreno, con la JONDE y de la a Jove Orquesta Nacional de Catalunya. Considerado uno de las principales batutas españoles de su generación, el maestro Pons es actualmente director musical del Gran Teatre del Liceu de Barcelona. Premio Nacional de Música en 1999, es Director Honorario de la Orquesta Nacional de España de la que fue Titular durante nueve años en los que desarrolló el perfil internacional de la institución.