Rubén Alpízar (Santiago de Cuba, 1965) es un artista de formación académica con un dominio admirable de la técnica pictórica. La dimensión posmoderna en la que se inscribe su obra se reconoce en la marcada intertextualidad que invariablemente se aprecia en sus creaciones. El carácter lúdico y desacralizador de la obra que realiza recicla y refiere la propia historia del arte en un ejercicio de revisitación constante de aura neohistoricista.

La revisión propia de su cuerpo creativo, como autorreferencia, revela el cuestionamiento y la reflexión individual del artista inserto en los diferentes contextos y espacios vitales. Su apropiación de iconos e imágenes devenidas en símbolos, que forman parte del imaginario cultural colectivo es constante en su mundo creativo así como el tratamiento burlesco y festivo de los fenómenos y relaciones que caracterizan la cultura contemporánea universal.

Como un cuadro de Vermeer, Alpízar comienza a ser un intruso en la escena y coloca en su lienzo todas las referencias que soportan la historia pensada por él, pero a diferencia del pintor holandés, no presta atención a las diacronías de los períodos o estilos tomados como préstamos. Le es más factible concentrarse en la caracterización de los personajes en su contexto original para, de esta manera, poder irrumpir de cuajo en su recontextualización, con nuevas funciones comunicativas, no solo a niveles particulares sino en las interconexiones con el resto de las citas.

En su muestra personal anterior La Habitación del Simulacro, presentada en la Galería Villa Manuela de La Habana, pretendió jugar un poco con las historias que convergen en sus ventanales y el propio espacio galerístico que las acogía, abordando el tema de la superioridad de los límites mentales sobre los realmente físicos. De alguna manera, esta muestra, su primera individual en España, da continuidad al trabajo anterior, donde se sublima el presente, y se aprecia como paraíso el arsenal de sueños no realizados y el deseo continuo de perpetuar la añoranza y frustración detrás de un guiño al humor que es, en definitiva, lo que convierte las vivencias de su entorno en una crónica surrealista, llena de ingenio y perspicacia.

Con más de 50 exposiciones por todo el mundo, una relevante participación en ferias internacionales de arte, un considerable historial en las mejores subastas y una recepción especial por la crítica, Alpízar ha creando un estilo ideo-estético reconocible, pero imposible de predecir.

Claudia Taboada Churchman 

 

Crónicas del paraíso será inaugurada en la Galería Artizar (C/ San Agustín 63. La Laguna) el viernes 6 de julio a las 20h. y podrá ser visitada en los horarios habituales de la galería: Lunes a viernes de 10,30 a 13,30 y de 17 a 20,30 h. y Sábados de 11 a 14 h.