arte caboverdianoEFE.- Paisajes, escenas cotidianas y hasta reflexiones no exentas de una perspectiva casi onírica sobre la realidad social de Cabo Verde se podrán ver desde hoy en Canarias merced a una exposición promovida por Casa África con ánimo de tomar el pulso al arte contemporáneo de ese país.

«Escena Caboverdiana» es el título de esta muestra, programada desde esta tarde hasta el 20 de diciembre en la sede de Casa África, en Las Palmas de Gran Canaria e integrada por pinturas, fotografías y composiciones en vídeo de los artistas originarios de aquel archipiélago Tchalè Figueira, Leão Lopes e Irineu Rocha da Cruz.

«Tres figuras fundamentales en la construcción de esa escena caboverdiana», en palabras del comisario de la exposición, Orlando Britto, quien, al presentarla a la prensa, ha opinado que, si bien «hay más artistas también» que son importantes para entender el panorama de la producción intelectual del país, ellos son algunos de los que mejor pueden exportar esa estampa.

Entendida esa llamada «escena artística», según ha querido precisar, como «el conjunto de creadores que operan sobre unos parámetros de relación con el espacio y tiempo en el que viven, pero también intentan hacer un diálogo entre las formas tradicionales y trascender esas formas».

La exposición muestra, junto a coloridos cuadros de Tchalè Figueira, rostros de ciudadanos anónimos, acantilados o imágenes congeladas de oleaje, captados en fotografías de Leão Lopes e Irineu Rocha da Cruz que buscan, en palabras del segundo, proponer «una reflexión sobre la insularidad, el hecho de vivir en una isla» y cómo este influye en la conformación de la sociedad.

A su vez, Figueira exhibe cuadros tan simbólicos como los nombres elegidos para los títulos, «Vanidad» o «Pescadores de sueños», entre otros, que se enmarcan, en palabras del propio pintor, en el propósito determinado de elaborar «una mitología personal».

Esa mitología «tiene mucho que ver con lo que es la historia de Cabo Verde», ha recalcado Figueira, que ha optado por encaminar su trabajo en esa línea desde la convicción de que «todos los artistas tienen una función en su sociedad, para tratar de buscar una vida mejor».

«Yo creo en esas cosas, porque sin utopía la vida es una basura», ha sentenciado.

En sintonía con el parecer de Tchalè Figueira, que estudió y trabajó en Suiza de 1974 a 1985 para luego volver a su país y abrir un estudio en la localidad caboverdiana de Mindelo, Irineu Rocha da Cruz, actualmente afincado a caballo entre Londres y Lisboa, ha expuesto su interés por analizar, a través de su obra, los límites geográficos, temporales y sociales y el modo de reinterpretarlos.

Por ello conforman su producción imágenes que tratan de ilustrar cómo los humanos «estamos presos y, al mismo tiempo, somos libres dentro de un discurso híbrido y paradójico, constituido por narrativas pasadas, presentes y contradictorias», según expone en un texto redactado para el catálogo de «Escena caboverdiana».

Reflejar esas paradojas y contradicciones y esa versatilidad de la interpretación del espacio y del tiempo es, precisamente, una de las principales metas que persiguen las grabaciones en vídeo que forman parte de la exposición, obras tanto de Leão Lopes como de Irineu Rocha da Cruz.

Vídeos como uno donde Rocha da Cruz muestra cómo va permaneciendo invariable o cómo va transformándose por momentos una sección de un callejón durante un largo rato de rodaje, según pase o no por él alguien y de quién se trate.