La tercera teniente de alcalde y presidenta del Organismo Autónomo de Cultura (OAC) del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, Clara Segura, inaugurará a las 20.30 horas de mañana  miércoles en la sala de arte Los Lavaderos una exposición de pinturas del artista Raiber González que lleva por título ‘Caramelos’. La muestra consta de 20 coloristas retratos realizados en acrílico sobre lienzo en mediano y gran formato.

Raiber González CARAMELOS-KariamLa luz de la paleta cromática de Raiber González nos revela retratos figurativos de formas quebradas y aristas, que se suceden una y otra vez.

Parece que en sus obras quiere buscar el límite de la disgregación, creaciones siempre a punto de estallar bajo el prisma de una mirada limpia que no repara en otra consideraciones estéticas que no sean la del placer por el color plano, limpio y la narración simple.

Para ello utiliza lo que se podría definir como ‘colores de neón’ que inundan con carácter sintético todo lo que pudo haber sido real, destapando la puerta de la ficción y las emociones primarias. La muestra, que forma parte de la programación del OAC,  se podrá visitar hasta el 10 de agosto.

Raiber González (1981) está graduado en Bellas Artes por la Academia Nacional de Bellas Artes San Alejandro de La Habana en la especialidad de pintura.

 

 

Es miembro del Consejo Nacional de Artes Plásticas de Cuba. En su intensa trayectoria artística destacan más de una treintena de exposiciones que lo han llevado a distintas salas de exposiciones de numerosas ciudades y países, entre ellos la ‘X Bienal de La Habana’, la galería ‘W139’ de Amsterdam,  ‘Bulthaup Center’ de Sant Petesburgo y la sala ‘H2O’ de Barcelona.

Residente en Tenerife desde hace ya cuatro años, confiesa que en la isla ha encontrado la explosión del color que evidencia en su trabajo, convirtiéndolo en uno de sus elementos principales. Con una marcada inclinación hacia la pintura desdobla con versatilidad su discurso en múltiples soportes al plasmar su obra. Aunque ante éstas salte precisamente la narración no implícita, nos aleja del pensamiento adulto y decide quedar al margen de lo circundante. Sus creaciones buscan penetrar el inconsciente colectivo hasta llegar a los sentimientos de la niñez perdida, evidenciando un rechazo por el raciocinio artificial.

El nombre que da título a la muestra ‘Caramelos’  se debe a su utilización como metáfora. Más que el dulce, la frescura y el color que asociamos con los caramelos, pretende acariciar un concepto también contenido en éstos que en gran medida también es su origen, la imaginación.

El artista señala que los caramelos nacen predestinados a desaparecer en un acto trivial, banalizados con un sabor que por oculto no llega a ser real. Saborizantes artificiales que juegan tras las pupilas con recuerdos que nos anclan al presente, una caja de suspiros que se disipa en la mentira de dejar de existir. Los caramelos no tienen presente, pasado ni futuro, están en cada uno de estos y por estar en todos, también en ninguno. Los caramelos son simples, directos, concisos. También son la ficción, ellos completan la danza de lo ilusorio y lo cierto, de la duda y las certezas. «Si lo simple resulta complejo -añade Raiber González- que sentido tendría no banalizar una filosofía de 20 recuerdos sintéticos.»