EFE.- Escritos inéditos de Leopoldo María Panero, poemas, textos de prosa poética y hasta un pequeño ensayo, han sido descubiertos en una caja con pertenencias suyas que abandonó en la casa donde residió durante dos años en Las Palmas de Gran Canaria, donde falleció el pasado jueves.
Libretas de tipo escolar manuscritas y cuartillas escritas a máquina y firmadas por Panero son el soporte de esos textos hasta ahora desconocidos del autor, que se conservaban junto a artículos de periódicos, libros de otros escritores dedicados a él, fotografías de dibujos y algunos documentos, según ha desvelado en su edición del lunes «Canarias 7».
El periódico ha podido acceder al contenido de esa caja a través de su actual propietario, una persona anónima a la que el poeta dejó las cosas guardadas en ella diciéndole: «Tíralas o quédatelas, haz lo que quieras», al abandonar la vivienda donde se alojó al comienzo de su estancia de 16 años en la capital isleña para trasladarse al hospital psiquiátrico donde murió.
Entre los papeles allí olvidados durante largo tiempo, el rotativo destaca la existencia de un folio con membrete del sanatorio psiquiátrico Hermanos de San Juan de Dios de Mondragón (Guipúzcoa), donde Panero estuvo internado durante un período, en el que se ha hallado escrito un poema.
«Un ciervo herido es el que más salta», comienza ese texto, que finaliza con los versos: «La alegría es el caballero de las angustias y en ella resguarda su brazo para que nadie pueda ver la sangre y gritar ‘estás herido'», detalla.
Tampoco faltan entre esos escritos inéditos de Panero varios artículos de contenido diverso, como un pequeño ensayo titulado «La palabra ‘esquizofrenia’ y la destitución del sentido», inspirado por los conocimientos que el autor acumuló en vida en torno a las enfermedades mentales que le habían diagnosticado y a los tratamientos aplicados para ellas, según han subrayado amigos suyos.
Artículos sobre psiquiatría recortados de periódicos, ejemplares completos de algunos diarios y fotocopias de textos publicados en otros, bien de su propia autoría o alusivos a su obra, figuran también entre los objetos que forman parte del referido hallazgo.
La caja contiene también una copia de una carta que dos personas cercanas a Panero, el poeta César Cortijo y la traductora Blanca González, remitieron en 1995 a la entonces ministra de Cultura, la socialista Carmen Alborch, para pedir que lo trasladaran a otro centro cuando estaba interno por decisión de un médico, que era entonces su tutor legal, en el sanatorio de hombres de Santa Águeda de Mondragón.
En esa carta, se tildaba la situación de Panero «muy dura» e incluso de «castigo eterno», según destaca.