EFE.- Los inventos del creador renacentista Leonardo Da Vinci, adelantado al futuro al proyectar artefactos cuya utilidad solo se entendería siglos después, inspirarán un nuevo espectáculo de Aracaladanza, compañía que ha sido Premio Nacional de Teatro para la Infancia y Juventud.

Robots futuristas y maquinarias complejas e incomprensibles en la época en que fueron concebidas, cuando, además, el éxito no acompañó muchas veces al inventor al querer plasmar en prototipos funcionales sus diseños, serán la base temática sobre la cual construirá su nueva producción Aracaladanza, con la vista puesta en estrenarla el año próximo, según ha avanzado hoy su director, Enrique Cabrera.

La elección de Da Vinci como fuente de inspiración de esta compañía de danza especializada en los sectores más jóvenes del público ha surgido cuando se aproxima a su fin su trabajo con una trilogía de espectáculos creados a partir de imágenes pictóricas de El Bosco, Magritte y Miró que ha llevado por escenarios de España y del extranjero durante años.

La trilogía se cerrará este verano con las últimas puestas en escena que tiene previstas de su montaje «Constelaciones», construido con la obra de Miró como base argumental, ha dicho Cabrera al presentar cinco funciones del mismo programadas esta semana en el Teatro Cuyás de Las Palmas de Gran Canaria, cuatro escolares y una para el público familiar.

El director de Aracaladanza, una formación cuyos integrantes suman varios premios Max y del Festival Europeo de Teatro y Espectáculos para Niños, entre otros galardones, ha subrayado, en cualquier caso, que nunca ha sido su propósito que creaciones como las de dicha trilogía sean reflejo de las obras plásticas tomadas como referencia al idearlas.

«En ningún momento he pretendido que el espectador vea la obra del pintor en el escenario», ha sentenciado Cabrera, que ha explicado que su meta es, en trabajos así, que su creación, al final, «tenga una identidad propia, se pueda liberar de la fuente inspiradora» que ha dado lugar a ella.

Entre otras cosas, porque, «evidentemente, la obra de Miró no se puede resumir en los 50 minutos que suelen durar nuestros espectáculos», ha apostillado.

Y respecto a por qué se optó por El Bosco, Magritte y Miró y no por otros artistas, ha dicho que los escogieron «por la forma conceptual de tratar sus pinturas», caracterizada más que por el deseo de ofrecer propuestas cerradas, por el afán de «sugerir a través de imágenes o provocar respuestas en el público».

Una línea creativa que «se acerca a la forma de trabajar nuestra», ha argumentado.

En cuanto a cómo ha sido la respuesta del público al ver «Constelaciones», ha relatado que le han agradado tanto los gritos que niños y jóvenes profieren en algunos momentos de sus funciones, que «son casi como un concierto», como los silencios que mantienen en otras partes y, en especial, los comentarios que dejan oír en esos instantes más tranquilos.

Comentarios sobre ideas que les sugieren las imágenes que ven, «como cuando dicen que una bailarina que parece que vuela está sujeta por un hilo cuando no es así», que reflejan la actitud «abierta, sin prejuicios», con que el público más joven acude al teatro y que es «la que todos deberían tener», ha señalado.

De su futuro trabajo sobre Leonardo Da Vinci solo ha anticipado que se inspirará en sus ingenios, pero también en sus incursiones en la creación musical y la gastronomía, pues es un proyecto que está «recién en el comienzo».