La creadora tinerfeña Madeleine Lohrum (1986) inaugura el viernes, 23 de mayo, a las 20.00 horas, el proyecto ‘Homo Videns – Homo Imago’, que se podrá disfrutar en el Espacio Cultural El Tanque hasta el próximo 31 de julio.

Lohrum, que ha desarrollado una trayectoria expositiva en centros tan reconocidos como el TEA Tenerife Espacio de las Artes, el Centro de Arte La Recova, el Museo de Antropología e Historia de Tenerife o la Sala de Arte del Instituto Cabrera Pinto, plantea en esta ocasión dos series de vídeo creación que desarrollan, por una parte, la mirada de la artista sobre la naturaleza del sujeto postmoderno; y por otra, traslada un componente autobiográfico, que es la experiencia de la muerte de alguien muy cercano y cómo funciona la estructura de eso que llamamos realidad y nuestra propia existencia.

Homo videns homo imago

La propuesta expositiva reúne doce piezas que originalmente pertenecían a dos series independientes, pero que fueron concebidas la una como continuación de la otra. Así, existe una evidente unidad entre ellas, tanto a nivel visual como conceptual. Ambas se centran en la noción de sujeto contemporáneo y en sus preocupaciones y características.

Homo-Videns establece un diálogo con temas clásicos de la historia del arte, como el bodegón, el beso o las figuras yacentes. Siguiendo la lógica de Bertolt Brecht, los videos que componen parte de la serie, consisten en combinaciones de imágenes que funcionan por contraposición, generando un diálogo, a veces una discusión, descubriéndonos nuevos niveles de significación de la realidad o su simulacro.

Para Madeleine Lohrum, «el papel que debe desempeñar el artista en todo este contexto caótico, desorientado y absurdo, es el de ser capaz de gestionar esta información y de crear imágenes ambiguas y ambivalentes, como nuestra propia realidad, que nos lleven a reflexionar respecto a nuestra cultura, sus características y consecuencias».

Si Homo-Videns se presenta como una reflexión sobre la naturaleza del individuo contemporáneo y su contexto «líquido», Homo-Imago surge como una sub-serie que da continuación y culmina a la anterior; presentándose como el cadáver de dicha idea. Así, aunque se continúa trabajando la dicotomía individuo-grupo, esta segunda serie se centra en la trascendental dualidad vida-muerte, a través de la reflexión poética y metafórica del cuerpo como objeto; algo sin vida y por ende sin voluntad sobre sí mismo. Esta visión, entronca con la idea del individuo líquido de Bauman; temeroso, sometido, controlado y alienado. 

Homo-Imago consta de siete vídeos, en los que se realizan una serie de acciones performáticas que tienen que ver con la ‘objetualización’ del cuerpo, la exploración del límite o umbral, o el énfasis en la diferencia entre ambos lados. Para titular algunos de estos vídeos, la artista se apropia de la terminología que acuña René Descartes en su ensayo «Meditaciones metafísicas», como es el caso de «Res cogitans», «Res extensa» o «Substancia», entre otros. Aunque la elección de estos términos responde más a lo que éstos pueden sugerir que al contenido estricto de los conceptos de Descartes.