Los jóvenes artistas cubanos, Rafael González y Raiber GoH., pertenecientes a InTeR-LaB (Laboratorio Intercultural de Creación y Comunicación de Ideas), exponen su más reciente trabajo en la exposición, comisariada por Alfonso Delgado, «Bacalao con pan» que se inaugurará con una performance realizada por los autores. Será el próximo 19 de Junio, a las 20h y permanecerá abierta hasta el 18 de Julio en la Sala MAC de la Casa Elder (Robayna, 2 en S/C Tenerife).Más info: www.facebook.com/AlfonsoDelgado.artista
Bacalao con pan
Los artistas son la más clara evidencia de seres en extinción. Trabajan y viven en sus talleres o estudios fantasmales, ocultos a la atención de la calle, envueltos en un silencio, muchas veces necesario para el proceso creativo. No hay gran diferencia con los pintores rupestres. El arte es la más grande expresión de lo innecesario. Tampoco se lee o se escucha a los poetas, que aunque parezca mentira aún existen, algunos excelentes. Quizás siempre fue así, pero hoy es más evidente que los artistas plásticos, los escritores, los cómicos o los bailarines son mutantes que viven del arte, del aire. Malos tiempos para la lírica, malos tiempos para la plástica en la que todo es superficie y mercado. No interesa lo que nos convierte en personas. Tal vez pronto veremos carteles en los muros que digan “Se busca” (igual que a los forajidos del oeste), se busca público, espacios, atención, en un mundo yermo, en el que por desuso casi da miedo pronunciar la palabra belleza, verdad, color, poema o compromiso.
Ver sin mirar. Mirar requiere esfuerzo, tiempo, sutileza. Reconocer un territorio no es hacer kilómetros, como amar no es solo poseer. Contemplar requiere sosiego, placer, conocimiento. No hay tiempo para profundidades.
De repente, aparecen estos dos artistas, auspiciados por el Laboratorio Intercultural de Creación y Comunicación de Ideas (InTeR-LaB), dos productos de la diáspora, dos náufragos que es lo que todos somos, llegados por azar o por necesidad, con muchas cosas que decir, con mucho que ofrecer. Palinuros sedientos, salvados por la esperanza del arte.
Rafael González (Sancti Spíritus, Cuba, 1976) realiza una obra inquietante, quebrantando casi siempre el bastidor clásico que se convierte en formas juguetonas que rompen límites, con trazos enérgicos, a veces incomodos, dando rienda suelta a lo imposible, libre, kamikaze, envolviéndonos con colores abrumadores, de un expresionismo mordaz y agresivo. Hay algo salvaje en su manera de ver el mundo, en la construcción de su obra, asimétrica, instintiva, dispersa, sinuosa. Conoce bien el “Arte Povera”, aprovecha lo que encuentra y lo transforma.
Raiber González (La Habana, Cuba, 1981) es un artista excéntrico, cosmopolita y libertino a conciencia, post-modernísimo. Presenta una serie de retratos figurativos furiosos, planos en superficie modulada, pixelados, magnéticos e imposibles, atractivos, indudablemente influenciados por la esencia tropicalista, como enormes máscaras africanas que juegan a una contemporaneidad psicodélica que nos deja boquiabiertos. Un neo pop, colores ácidos, arriesgados, depurados, resbaladizos, limpios, también cercanos al arte urbano, al cómic, que definen como el artista entiende el mundo, una concepción de la existencia personal y, sin embargo, transferible.
La experiencia de ver a estos dos artistas, tan distintos, pero tan viscerales los dos, nos acerca a una ceremonia secreta, impúdica. Una sólida formación los avala. A lo lejos suena “Bacalao con pan”, el célebre tema del legendario grupo cubano Irakere, que da título a la exposición que han preparado como la más delicada de las ofrendas.
Alfonso Delgado