Belin: “Todos los lugares son estupendos, me gustan todos”

El muralista que participa en Puerto Street Art relata en Periplo su experiencia viajera por el mundo asociada al arte urbano

“Se viaja mucho como grafitero, a veces más de la cuenta”, asegura Belin, el muralista que participa en la segunda fase del programa de arte urbano Puerto Street Art, que forma parte del Festival Internacional de Literatura de Viajes y Aventuras, Periplo. Belin se encuentra en Puerto de la Cruz desde este lunes, pintando un mural en una pared medianera de la calle Puerto Viejo, en pleno casco histórico de la ciudad.

Belin foto_Fran Gonzalez“Vivir en casa es necesario, para crear obras en el taller y por eso a veces rechazo algunos viajes”, explica Belin, que desde hace unos años ha decidido crear obras más allá de las paredes, “porque al final te das cuenta de que tu obra se va a perder, porque está en la calle, así que, de forma natural surge lo de pintar en cuadros, para que no se pierda todo”.

El artista urbano de Linares participa en las dos acciones culturales que se desarrollan en Puerto de la Cruz esta semana. Por las mañanas, pinta en su pared un retrato que está arrancando los aplausos y la admiración de vecinos y paseantes. Este viernes, a las 18.00 horas, en la Biblioteca Pública Tomás de Iriarte, presenta su libro Los viajes de Belin, que escribió a raíz de su recorrido, dejando una huella artística en las paredes de distintas ciudades del mundo.

Reino Unido, Estados Unidos, Israel, Holanda, Brasil, Italia, Alemania, Puerto Rico, México… son algunos de los países que Belin ha visitado gracias a su trabajo desde que en 1995 se lanzó a Europa con sus grafitis. La del grafitero es una labor que, aunque facilita el viaje, también lo condiciona de una forma particular. En el caso de las exhibiciones, el tiempo de estancia es más limitado que cuando se traslada para realizar encargos.

Precisamente, un encargo es el que le permitió el viaje del que conserva un recuerdo muy grato, el que lo llevó a Nueva York, “la capital del grafiti”, el artista ya había pintado en el Bronx, pero esta vez, un encargo lo instaló en un apartamento desde el que podía ver el Empire State, en el corazón de Manhattan, “en el cruce de la 12 Avenida con la 51 street”, precisa, “por donde circulan diariamente un millón de coches”.

De México también tiene un recuerdo especial, no podía ser de otra manera: allí conoció a Karina, una artista urbana mexicana que ahora es su mujer. Sin embargo, Belin se resiste a escoger entre un lugar u otro de los visitados, “todos los lugares son estupendos; me gustan todos” y disfruta igual del paisaje como de las gentes. “Me gusta el paisaje, la gente, me gusta mucho la comida, cuanto más diferente sea la cultura a la mía, mejor”.

Los viajes de Belin es un libro particular, “muy visual, con poco textos, escrito en español y en inglés, porque hay gente que me sigue que es de fuera. Si lo escribo solo en castellano, no llega a todo el público”. El texto, en cualquier caso, es breve, porque recoge algunas anécdotas, inspiraciones del viaje, pero también recoge fotos de los murales que Belin ha pintado en todo el mundo, algunos de ellos, ya desaparecidos.

Para el grafitero andaluz, “la pintura es un idioma universal, da igual la ideología, la edad, el origen del público o del artista…estás pintando y, aunque sea por señas, se establece un encuentro con la gente, los vecinos, los que se paran a ver cómo trabajas”.

 

Nuria Barrios: “Sin Penélope no hay Odiseo”

La Odisea inspira el diálogo entre la escritora madrileña y Javier Reverte
en las Conversaciones en La Ranilla del festival Periplo en Puerto de la Cruz este viernes

Las figuras de Odiseo y Penélope, su relación a raíz del peregrinar del héroe griego por el Mediterráneo y el propio viaje centran el diálogo que mantendrán los escritores Javier Reverte y Nuria Barrios en el festival Periplo. La Odisea es una pasión compartida por ambos escritores, a los que, además, el texto de Homero ha inspirado para crear obras propias: el libro de poemas Nostalgia de Odiseo, de Barrios, y Corazón de Ulises, de Reverte.

Nuria BarriosEl encuentro de los escritores ante el público será este viernes, a las 20.15, en la carpa del Museo Arqueológico de Puerto de la Cruz dentro de las Conversaciones en La Ranilla del Festival Internacional de Literatura de Viajes y Aventuras, Periplo.

Mientras, en su libro de viaje por Grecia, Reverte recorre el país inspirado por Ulises, Barrios habla “de la odisea de Penélope, de la que nunca se ha hablado” y que solo cuenta con una breve mención de pocas líneas en el texto de Homero: “es un personaje secundario, como los demás porque el único personaje importante es el propio Odiseo”, destaca la escritora madrileña.

“Vamos a hablar de Odiseo partiendo de él y del tipo de viaje que representa cada personaje: el héroe, el hombre en permanente movimiento, el hombre de acción, y el de Penélope, que es un viaje inmóvil, de ficción, en el que la propia Penélope se convierte en la garante de la vida de Odiseo y la escritora de su viaje”:

“Sin Penélope, no hay Odiseo”, dice Barrios, porque si ella se casara, sería la confirmación de que Odiseo ya no existe “o no tiene sentido que vuelva a Ítaca” tras su participación en la guerra de Troya. Una hipotética boda de Penélope “sería la proclamación oficial de la muerte de Odiseo, mientras que si no se casa es que hay esperanzas de que siga vivo”.

La autora presenta el telar sobre el que trabaja la mujer que espera “como una página en blanco”. Lo que Penélope hace “es escribir todo el tiempo de espera; está evitando volverse loca, está bordeando la locura, está reinventando su amor, porque es difícil seguir amando durante diez años a alguien que no se sabe si está vivo”. Por eso, asegura, “en cierta medida, es Penélope quien escribe la vida de Odiseo” haciendo y deshaciendo el tejido en su telar. Sin “todas las estratagemas que ella utiliza para retrasar su posible boda, las aventuras de Odiseo no serían posibles” y por eso, para la poeta, Penélope es la garante no solo de la vida del héroe, sino también la que garantiza sus aventuras.

Nacida en Madrid en 1962, Nuria Barrios obtuvo el Premio Ateneo de Sevilla con el poemario El hilo de agua (2004). Entre sus obras se cuentan los libros de relatos Amores patológicos (1998) y El zoo sentimental (2000) y un libro de viajes, Balearia (2000). Asimismo ha participado en varias antologías de cuentos: Páginas amarillas (1998), Vidas de mujer (1998), Cuentos de mujeres solas (2002), Pequeñas resistencias (2002), Tu nombre flotando en el adiós (2003) y Comedias de Shakespeare (2007). Su obra ha sido traducida al holandés, al italiano, al portugués, al croata y al esperanto. Colabora habitualmente con el suplemento literario de El País. Como columnista ha sido premiada por la Fundación Mastia. Tras la celebrada novela El alfabeto de los pájaros (2011), publicó Nostalgia de Odiseo (2012).