El entorno del lago de la plaza de España alberga esta obra itinerante, de 450 kilos de peso, construida en acero inoxidable

El entorno del lago de la plaza de España albergará hasta el próximo 4 de noviembre la obra del escultor vasco Julio Nieto, que ha denominado ‘Lo llevo bien’. El Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, a través del Organismo Municipal de Cultura, ha colaborado con el artista para que la ciudadanía pueda disfrutar de su escultura durante las dos próximas semanas, en una iniciativa en la que también ha participado la empresa Bonnet.

La escultura 'Lo llevo bien', de Julio Nieto, seguirá expuesta hasta el 4 de noviembre

A partir del 8 de noviembre, la obra será expuesta en el jardín del Museo Diocesano de Barcelona.

El alcalde de la ciudad, José Manuel Bermúdez, junto a la tercera teniente de alcalde y presidenta del Organismo Autónomo de Cultura (OAC), Clara Segura, han presentado este mediodía el trabajo escultórico, en compañía de su autor, Julio Nieto. El primer edil valoró la decisión del artista, de elegir Santa Cruz para exponer su obra, en primera instancia, al tiempo que alabó su trabajo.

“Sus obras –dijo– gustan a un público amplio y consiguen trasmitir al espectador emociones diferentes”. Además, el alcalde anunció que “el Consistorio pondrá todos sus esfuerzos para que, en un futuro cercano, esculturas de esta importancia pasen a formar parte del patrimonio municipal, ya que suponen un atractivo turístico y aportan un valor incalculable a la ciudad”.

Clara Segura agradeció “el interés que siempre ha mostrado Julio Nieto por esta ciudad y por contribuir a que sus calles se llenen de belleza, arte y cultura. Aunque sea de forma temporal, esta magnífica obra será parte de este museo al aire libre que es Santa Cruz”, comentó.

El autor reconoció que la escultura no podía emprender su viaje por el mundo sin pasar en primer lugar por Santa Cruz, “ciudad que siempre tengo muy presente”. Asimismo, Julio Nieto aseguró que su creación le supuso “una labor muy minuciosa, que me ha llevado a tener que hacer un esfuerzo diario, un reto de paciencia”.

‘Lo llevo bien’, el título elegido, surgió tras barajar otras alternativas, como ‘Atlas’ o ‘El árbol de las emociones’, decantándose por el mismo debido a que “me encanta que sea un comentario del personaje sobre sí mismo, además de resumir todos esos estados o ideas que está sosteniendo, incluso llego a pensar que simplemente con decirlo la escultura se convierte en más liviana”. No obstante, reconoció que lo ideal sería renombrar continuamente su obra, “para que tuviera el mismo derecho que una persona a cambiarse el nombre”.

La obra recuerda a lo lejos la silueta de un árbol de tronco torcido y raíces parecidas a las de un laurel de indias, pero a medida que el espectador se acerca vislumbra la figura de una persona y de su cabeza, de la que surgen líneas escritas. Las ramas son sus pensamientos y su cuerpo recuerda un clásico atlas en una postura con la que pareciera que sujetase el mundo.

En palabras del propio escultor, “la obra resultante habla de una persona real, de mí, de ti, de cualquiera, del lado superhéroe de una persona normal, del titán que toda persona corriente lleva en su interior. Gracias a él e invisiblemente, conseguimos sostener el peso de nuestro mundo”. Además, apuntó que “los pensamientos de cada uno construyen su mundo, cada persona carga con el suyo, en todo momento, en toda consciencia, y si hay un mundo, hay un atlas debajo apuntalándolo”.

La escultura, construida en acero inoxidable soldado, tiene una altura de cinco metros y anchura de nueve metros. Pesa 450 kilos y descansa sobre una base de dos metros de alto y de ancho realizada en acero galvanizado. Esta estructura de apoyo evita que la obra pueda volcarse, a la vez que le aporta estabilidad para que no sea necesario su anclaje al suelo.