Forster, investigador y profesor de Historia de las Ideas de la UBA, cree que el escenario actual llevará a replantearse los valores que imperaron en los últimos treinta años, que llevaron a que los ciudadanos se dejaran de ver como ciudadanos y se vieran a sí mismos como consumidores.

“A partir de esta crisis, seguramente, veremos replanteos de los imaginarios sociales y culturales y también nos repensaremos a nosotros como sociedad. Habrá que ver de qué manera podremos reconstruir un tejido que fue desestructurado, de qué manera podemos dar un combate en el territorio de lo cultural”, sostuvo. (Por Ricardo Quesada | LA NACION)

La crisis ha dejado a muchas familias sin trabajo, con deudas que no pueden afrontar, y al amparo de las ayudas del gobierno y de las organizaciones no gubernamentales.

Hace unos días tuve la oportunidad de hablar con uno de los voluntarios del Banco de alimentos de un pueblo del sur de Gran Canaria. Esta persona le dedica aproximadamente entre 20 y 30 horas mensuales, se costea su desplazamiento en coche y el almuerzo una ó dos veces al mes, pero no le importa, al contrario, se siente muy satisfecho de ayudar desinteresadamente a la sociedad. Le encanta hacer lo que hace, es disciplinado e intenta ser lo más justo y equitativo que puede en el reparto de los alimentos. Hablando con él sobre este tema, pude disfrutar de unas anécdotas conmovedoras de agradecimiento y otras tristes de picaresca egoísta, pero hubo algo que me sorprendió y desconcertó bastante. Fue el hecho, de que siempre un día antes, de la llegada del camión de Las Palmas con varias toneladas de alimentos, se llama por teléfono a todos los beneficiarios del plan de ayuda “Banco de alimentos” del pueblo (una lista muy larga) para que ayuden a descargar el camión, ya que la fundación carece de voluntarios suficientes. “Es muy triste ver que solo una ó dos personas acuden a descargar los alimentos del camión, pero todos vienen el día del reparto”, concluyó.

Para que mejoremos económicamente, algo debe cambiar. Algo debe cambiar en cada uno de nosotros, para que podamos cambiar la forma de hacer las cosas y estas mejoren. ¡Nuestra forma de ver a la gente debe cambiar!. Preguntémonos: ¿Qué es para mí una persona? ¿Alguien que necesita mi ayuda ó alguien que me trae una bolsa de comida?