El jueves, día 13 de junio, a las 19.00 horas, la Casa de Colón celebra la segunda sesión de su nueva iniciativa puesta en marcha, ‘Miradas a la colección’, que mensualmente permite al público acercarse y descubrir las importantes obras de arte pertenecientes a la colección permanente del museo americanista, dependiente de la Consejería de Presidencia, Cultura y Nuevas Tecnologías del Cabildo grancanario. En esta ocasión el cuadro protagonista será ‘La dama romántica’ una excepcional pieza realizada en 1850 por Luis de Madrazo y Kuntz (1825-1897), pintor de una importante saga de artistas iniciada por su padre, Raimundo de Madrazo y continuada por sus hermanos Federico y Raimundo.

El cuadro de Madrazo, 'La dama Romántica'La Casa de Colón es el único museo de Gran Canaria que posee una colección de pintura histórica expuesta al público de modo permanente, y dentro de las tareas inherentes a cualquier institución museística –desde su política de adquisición, conservación e investigación-, la difusión de sus colecciones es primordial para reforzar los vínculos entre nuestro patrimonio y todas aquellas personas interesadas por un acercamiento al mismo.

Según explica Ramón Gil, conservador de la Casa de Colón y responsable de ‘Miradas a la colección’, la iniciativa, que volverá a repetirse el próximo día 27 de junio, se centrará en descubrir al público durante 30 minutos los matices y la visión poliédrica de las piezas que conforman el citado programa. En este caso, Gil avanza que el retrato de ‘La Dama Romántica’ de Luis de Madrazo “nos sitúa a mediados del siglo XIX frente a una mujer de alta posición social. Su representación obedece a un patrón compositivo repetido en infinidad de ocasiones que viene determinado por su encuadre, postura, ropajes y adornos.

La exquisitez inunda el lienzo donde la mujer aparece sentada con las manos entrelazadas sobre su regazo. La exquisita calidad del retrato nos permite reconocer a la persona tras la pintura, una mujer con recursos económicos y de una sobriedad contenida, con una belleza lánguida que se nos hace cercana pese a su mirada ensimismada, una mujer cuya imagen nos transporta a los salones de la época, donde poetas, pintores, músicos y diletantes, se reunían en veladas artísticas y políticas, al amparo del mecenazgo de nobles y burgueses de amplia fortuna”.

 

Para Ramón Gil la plástica de Madrazo le sitúa dentro del Romanticismo, “aunque con débitos hacia el Neoclasicismo de su padre. Su pincelada es suelta y desdibujada, lo cual apreciamos en la corta distancia, aunque al separarnos su uso del color y la luz producen un soberbio efecto envolvente de texturas y aire”, añade.

El conservador situará al público que asista a la visita ante los avatares de un siglo –el XVIII- que se cierra con la independencia de las colonias inglesas en América, la Revolución Francesa, la filosofía de la Ilustración, la caída de las monarquías absolutistas, y la mirada puesta en la antigüedad clásica grecorromana, de la mano de las estéticas del Neoclasicismo. Facilitará también los argumentos culturales de una época en la que “el Neoclasicismo es la corriente estética imperante y la razón ilustrada el sustento intelectual-filosófico.

La búsqueda de modelos vuelve su mirada al pasado grecorromano, dando preeminencia al dibujo frente al color, en composiciones pictóricas estáticas, con el movimiento congelado, marcadamente académicas”, asegura Ramón Gil. “Con el siglo XIX se abren las puertas a la emoción, al sentimiento y al color que liberado del dibujo inundará el Romanticismo. Se percibe y se describe la vida bajo las claves de la libertad, el impulso emocional y el patriotismo”, concluye.

 

Las plazas para la actividad ‘Miradas a la colección’ son limitadas (20 personas) y el público que desee participar en el programa deberá solicitarlo a través del teléfono de la Casa de Colón: 928. 312373 o 928312383-84-86.

 

El título ‘Miradas a la colección’ es fiel reflejo de la propuesta impulsada por la Casa de Colón: “la mirada no es un acto inmutable, la mirada es reflexión, admiración o incluso repulsa. La mirada es una acción impelida desde el sentimiento, cargada de subjetividad. La mirada se modula con las experiencias vividas, con el estado de ánimo, con el peso de lo cotidiano y el valor de lo extraordinario”, según sus promotores, para los que es “importante hoy en día fomentar desde los museos insulares las lecturas transversales sobre los bienes culturales, aportando al público información que incida tanto en la creatividad, como en los estilos o periodos artísticos, la sociedad y la propia percepción”.