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Hace unos años, el músico Ramón Cabrera se adentró en una aventura que tiene mucho que ver con su propia forma de entender el arte y la vida. Balcón del Valle es una bodega, un taller de grabación  y una forma de hacer cultura confiando en el mecenazgo, en el trueque y en unas buenas dosis de ilusión y profesionalidad. Es, además, una apuesta por los productos musicales cuidados y comprometidos con la calidad.

De esa factoría tan peculiar han salido trabajos de artistas muy diversos, como el folklorista Antonio Corujo, el narrador Ernesto Rodríguez Abad, la cantante Blanca Casañas o el inclasificable Arístides Moreno.

La última producción de esta peculiar empresa se llama ‘Sin Límites’ y está firmada por la cantante tinerfeña Marta Solís. Formada como especialista en Publicidad y Relaciones Públicas, combinó su formación universitaria con estudios musicales en Madrid y París.

Como intérprete y compositora, viene avalada por una carrera de ambiciosas producciones y premios, como el obtenido en el XXXV Festival de la Canción de Benidorm (2002), o en la duodécima edición del Billboard Song Contest (2004).

En Sin Límites, Marta Solís nos ofrece un producto sensible, sin la pretensión de melodías facilonas y pegadizas. El cuidado de los textos y la calidad de los arreglos musicales (que corrieron a cargo de Ramón Cabrera y Santi Bobet) son la tónica del trabajo, que sólo ofrece –acaso como pequeña concesión- un único corte que no es de creación propia: una versión de la celebrada canción de Fito Páez ‘Un vestido y un amor’. Las exquisitas guitarras de Cabrera y Bobet se complementan con las percusiones de Akior García, en un recorrido por momentos que cabalgan entre la canción de autor, el pop o el folk.

Un trabajo imprescindible para los que buscan una propuesta cuidada y madura.

Foto de Marta Solís

 

Foto: Elena Sol