radio_antigua_wide

En el 90 no había programas que se dedicasen al pop rock local. Años antes habían estado Pepe Orive o Higinio Rayo, pero en aquellos momentos no había nada. Empezaba la eclosión de grupos de rock de los noventa, con maquetas de sonido muy elemental, y sólo había 20 ó 25 discos en las historia del rock canario. Recuperar grabaciones de Los Rocking Boys, Los Aguacates, Los Extraños, Los Misteriosos, era imposible o muy difícil. Quitando eso había algo de Palmera, Los Canarios, Teclados, Suins, Prana, Shadizar, el Cuarto de Los Huéspedes, Imagen Sagrada, Familia Real… Y aquellos discos que había comenzado a sacar Manzana a través de Ja Ja Records: La Pista Búlgara, Venus en Sur, Javier Segura, Scalextric, Arte Moderno, Escorbuto, Moral Femenina… También Los Coquillos acababan de editar su primer disco. De modo que esa sería una línea de trabajo; ahora bien, las maquetas deberían ser nuestro material fundamental. Además, en Radio Nacional no existía la presión de las discográficas, sus programas de Radio 3 eran buenos ejemplos.

Cuando el proyecto lo tuvimos en papel, hicimos un programa previo, una muestra –lo que se llama el programa piloto o programa cero- con nuestra minicadena en casa. Todo eso lo llevamos a Radio Nacional de España en Primero de Mayo y nos sentamos a esperar.

Un buen día sonó el teléfono. En Radio Nacional les había gustado el proyecto, así que nos dieron una cita. Lola y yo saltábamos de ilusión pensando que ya estaba, que lo habíamos conseguido. Llegamos muy nerviosos a la cita y allí estaban Federico Campos, el director, Antonio Betancor, el jefe de programación, y Florido, el responsable económico. Conectamos en seguida. Antonio y Federico eran dos profesionales del mundo de la radio, con muchos años a sus espaldas y sobre todo muy buenas personas.

Sí, el programa les gustaba pero la hora de emisión en Radio 5 costaba treinta mil pesetas. Nos dio el bajón. Les gustaba el programa, pero había que buscar mucho dinero para poder hacerlo. Bueno, estábamos tan ilusionados que, como si nada, empezamos a buscar patrocinadores. Era el año noventa, los socialistas estaban en el poder, eran tiempos de bonanza económica, al menos hasta el 92, y las inquietudes culturales siempre han estado de ese lado, sobre todo en los primeros mandatos socialistas, donde todos y todas llegaban con mucha ilusión, como nosotros. En el Cabildo de Gran Canaria estaba Ramos Camejo, y en el Ayuntamiento de la capital, Franquis, ambos en las secciones de Cultura y Deportes. Empezamos a tocar puertas y esas dos fueron las primeras. Por un lado daríamos difusión a las actividades culturales que ellos organizaban y el programa tendría un ambientillo cultural: promoción de músicos jóvenes, nuestro personaje canario de época -en plan concurso-, agenda cultural… Teníamos claro que no queríamos anunciar carnicerías, churrerías, peluquerías y demás. Tampoco nos agradaban las multinacionales. Hablamos, pues, con los responsables citados y nos sentamos de nuevo a esperar.

En la espera nos pusimos a buscar posibles premios para el concurso de El Eslabón Perdido. Tocamos puertas y tres se abrieron. Los Multicines, el Departamento de publicaciones del Cabildo –con Jesús Bombín al frente- y Círculo de Lectores. Tanto la familia Melo –Galaxy’s- como los Hermanos Rodríguez –Royal- dijeron sí desde un primer momento y todo fueron facilidades. La fórmula fue una pase quincenal para dos personas en cada programa: uno para los Galaxy’s y otro para los Royal (no existían todavía otros multicines). Círculo de Lectores colaboraba con libros de stock que seleccionábamos personalmente: San Juan de la Cruz, Cela, Vázquez Montalbán, Cioran, Boris Vian, Tom Sharpe, Tolkien, Alain Fournier, Asimov, Amin Maalouf, Naguid Mahfuz … El Cabildo, por su parte, aportaba publicaciones sobre temas canarios: historia, novela, biografías…

En eso estábamos cuando tanto el Cabildo como el Ayuntamiento dieron el visto bueno. Todo estaba listo, sólo quedaba constituirnos como empresa, o algo así, para gestionar el dinero de esos organismos oficiales hacia Radio Nacional, y así lo hicimos. Únicamente teníamos que decir en antena que el programa estaba patrocinado por el Área de Cultura del Ayuntamiento capitalino y por el Área de Cultura del Cabildo. Eso era todo, podíamos respetar así nuestro propósito de no hacer propaganda de marcas o multinacionales (y mucho menos de tabaco o alcohol).

Empezamos en octubre del noventa. La sintonía de entrada era Southside Jhonny & The Asbury Jukes con un tema que había sido famoso hacía unos cuantos años: I don’t want to go home. De salida elegimos Kiosco de la Paz, de El Eructo del Bisonte.

Los grupos iniciaron su paso por la emisora. El primero creo recordar que fue Red Local, una banda de rock and roll guitarrera a la usanza de las bandas de rock americano, pero con un toque Stones. En uno de los programas más recientes, ya en el 2001, entrevistamos a Tahiche, de Carayo Drive: grupo que se formó en Canarias y que ahora lleva unos años en Madrid. Bueno, pues se acaba de incorporar a la banda aquel bajista de Red Local que ahora está viviendo en Madrid. Casualidades de la vida.

Vicious Soul, Krull -con Paco Herrera, su manager-, Los Coquillos, Sobrecarga…, fueron de las primeras bandas en rodar por Primero de Mayo. Radio Nacional tenía una ventaja: llegaba a todo el Archipiélago, o a casi todo. Hacer un programa de maquetas –entre otros contenidos- y poder llegar a las islas menores era muy importante para nosotros. Estábamos en Radio 4, que a nivel nacional se destinaba a las programaciones locales. Pero llegó la crisis de la casa, de RTVE, y Radio 4 desapareció. Únicamente supieron conservarla en Cataluña, y en el resto de las comunidades lucharon –unas más que otras- pero se fue al garete. Así que pasamos a Radio 5, pero aquello de la crisis del Ente seguía. Radio 5 se convirtió al cabo de un año en Todo Noticias, sin duda una buena línea informativa, pero dejaba fuera a nuestro programa. Veinticuatro horas de noticias: la línea de la CNN hacía estragos en radio y televisión. Lo que no era lógico era cargarse la programación local, autonómica, reducirla a cero –simplemente desconexiones para noticias locales-. Frente a la gran cantidad de emisoras locales que surgían -y todavía hoy surgen- como churros en el dial, Radio Nacional se había quedado sin nada, no podía competir con la audiencia en temas locales.

La experiencia en Primero de Mayo, pues, duró casi tres años. Tenía una discoteca suculenta. Todo vinilo, con singles originales de Beatles, Stones, Canarios, Brincos, Dúo Dinámico y todo lo que te puedas imaginar. Verdaderas joyas para los coleccionistas de vinilo. Nosotros buscábamos, mientras nos hacíamos con los discos, bandas canarias. Recuerdo encontrar, por ejemplo, el disco de Venus en Surf en vinilo, pues todavía no existía el disco compacto. En la discoteca había un par de platos en los que podías escuchar los temas para seleccionar y hacer el guión. Federico, el dire, era –y es- una persona encantadora, y los técnicos de sonido todos muy amables, con tres o cuatro magistrales y con buen rollito. Gente que había vivido toda su vida para la radio. También es cierto que había un par de controles que cuando te tocaban te echabas a temblar.