El Cabildo ofrece esta semana, en la sección digital de Museos de Tenerife, ‘Tras el cristal’, el ‘Belén de Lercaro’, que forma parte de la colección permanente del Museo de Historia y Antropología de Tenerife desde 1994. Se trata de una pieza de gran valor (que data de finales del siglo XVII principios de siglo XVIII), que fue traída de Génova por Diego Lercaro-Justiniani y Urtusáutegui.

Belen de Lercaro - Tras el Cristal

Belen de Lercaro – Tras el Cristal

Este Nacimiento está compuesto por un conjunto de figuras de madera tallada y policromada al óleo. Su concepción del espacio llamó la atención del doctor Hernández Perera en su estudio sobre la escultura genovesa en Canarias en el que 66 piezas se organizan en torno a una doble escenificación muy próxima a la tradición de los belenes napolitanos (La adoración de los Reyes Magos y La adoración de los pastores). El estilo de las figuras ha sido adscrito a la escuela genovesa, en línea de las tallas de Maragliano.

Cabe destacar que la representación de pastores y Reyes Magos en un mismo Nacimiento llamó la atención de la conservadora y directora del Museo Lázaro Galdiano (Madrid), Letizia Arbeteta Mira, en su reciente visita a la Casa Lercaro (Museo de Historia y Antropología de Tenerife).

Arbeteta, que  durante la visita  contó con el asesoramiento de la subdirectora, Carmen Dolores Chinea, y técnicos del Museo, mostró gran interés. La conservadora  destacó la originalidad de la pieza, concretamente el hecho de que en una misma escenografía coincidan una adoración de los pastores y una adoración de los Reyes Magos, hecho que refleja la influencia de la escultura genovesa dieciochesca.

La sección ‘Tras el cristal’ surge con la idea de recuperar del olvido aquellas piezas que, en su momento, fueron seleccionadas para formar parte del libro ‘Tras el cristal. Una visión de los museos del Cabildo de Tenerife’. Se trataba de una obra que incluía una selección de cincuenta y tres objetos, especímenes o conceptos, realizada por los entonces directores de los museos del Cabildo. Así, los criterios de selección fueron muchos y muy variados, desde una simple apreciación estética hasta aspectos como su significado simbólico, su condición de ejemplar único o, también, por formar parte del anecdotario del museo.