Su legado personal, formado por manuscritos, dibujos, mapas y planos, tiene un valor considerable para la investigación canaria

El Rectorado de la Universidad de La Laguna recibió la visita de dos de los tres bisnietos del historiador José Agustín Álvarez Rixo, considerado el representante más importante de la historiografía canaria del siglo XIX. Su archivo personal, formado principalmente por manuscritos, dibujos, mapas y planos, de considerable valor para la investigación canaria, será donado íntegramente a la institución académica.

Donación de la Familia de Álvarez Rixo

Donación de la Familia de Álvarez Rixo

Los documentos están fechados entre los años 1808 a 1883 y su temática es variada: estudios históricos, genealógicos, lingüísticos, literarios, comerciales, sociales y educativos. La adquisición de este fondo por parte de la ULL completa la colección de manuscritos canarios y enriquece así notablemente el patrimonio documental de la Universidad de La Laguna.

Las herederas se mostraron muy satisfechas al realizar la donación, cuya acta se firmará el próximo 23 de abril, Día del Libro. “Quedamos tan solo tres miembros directos de la familia y el fondo corría el riesgo de perderse. No podíamos decir que no a la generosa oferta de la Universidad de La Laguna”, sostuvieron en el encuentro con el rector, Eduardo Doménech, quien a su vez les agradeció el gesto de confiar en el centro docente para su custodia y consulta a los investigadores. “De esta donación se va a beneficiar el la comunidad universitaria en particular y la ciudadanía en general”, añadió.

Una vez suscrito el acta de donación, los técnicos del Servicio de Biblioteca de la ULL se harán cargo del traslado del legado a las instalaciones universitarias para llevar a cabo su correspondiente inventariado, numeración de manuscritos, digitalización, elaboración de base de datos y diseño de una página web específica para este fondo documental.

La lucha de su creador por salvaguardar y mantener unido su archivo caló en sus descendientes, que han conservado a lo largo de dos generaciones la herencia recibida y consideran que esta institución académica es la más indicada para conservar, promover y difundir su figura y sus estudios. Establecen como única condición que el fondo no se disgregue y permanezca unido al servicio de la investigación, como así se hará.

El archivo está formado por unos 250 manuscritos aproximadamente, entre los que figuran dibujos, mapas y planos elaborados por el propio historiador. También hay  una miniatura de Fernando VII y un retrato de Manuel José Álvarez, padre de José Agustín Álvarez Rixo, realizado por el pintor de cámara Luis de la Cruz y Ríos.

Acompañan al archivo una colección de cerca de un centenar de  volúmenes de libros impresos anteriores a 1850, separatas de revistas y algunos impresos modernos de investigaciones sobre Agustín Álvarez Rixo.

Biografía

José Agustín Álvarez Rixo nació en el Puerto de la Cruz el 28 de agosto de 1796. De madre orotavense y padre de origen portugués, en 1799 es llevado a Arrecife (Lanzarote). Estudió en el Seminario Conciliar de Las Palmas (1807-1809) y residió en Madeira entre 1812 a 1814. A partir de 1816 se afincó en el Puerto de La Cruz hasta su muerte, en 1883.

Participó durante treinta años en la actividad política municipal: fue primer diputado del Ayuntamiento portuense en 1826, alcalde real desde finales de 1827 hasta finales de 1828,  fue designado regidor municipal en 1840, y finalmente fue de nuevo alcalde constitucional entre 1852 y 1853.

Hombre de carácter ilustrado, dominaba el francés, el inglés y el portugués. Como intelectual -y en palabras de los profesores Carmen Díaz Alayón y Francisco Javier Castillo- su interés no parece conocer límites. Posee así una obra que asombra por su amplitud y variedad, con aportaciones históricas, lingüísticas, literarias, antropológicas, económicas, geológicas, comerciales, culturales, educativas, de usos y costumbres, sanitarias, todas ellas incardinadas en un único ámbito temático: Canarias.

Mantuvo relaciones con otros autores relevantes de la época. Conoció a Viera y Clavijo, quien fue su referente moral e intelectual; fue alumno de Graciliano Afonso, al que le unía un fuerte vínculo y quien le inculcó sus ideas liberales; sostuvo una importante amistad epistolar con Antonio Pereira Pacheco y Ruiz, con el que colaboró en estudios históricos y  con el que compartía su afición a dibujar planos y miniaturas en los manuscritos, así como la ilusión por mejorar las condiciones sociales y educativas de sus paisanos.