Gran Canaria Espacio Digital (calle Cádiz, 34, Las Palmas de Gran Canaria) exhibe este viernes, 8 de mayo, a las 19.30 horas, el filme del realizador francés Jean Luc GodardAdiós al lenguaje‘, sexta y última de las películas incluidas en la programación de la nueva edición del ciclo que impulsa el Club de Cine ‘Cambio de Rollo’, que ha ofrecido hasta la fecha media docena de títulos producidos durante el pasado año 2014 y que, por sus características innovadoras (o al menos renovadoras), han ido reflejando los diversos e interesantes caminos por los que ha optado el cine contemporáneo. La entrada a la proyección, que se exhibe en versión original con subtítulos en español, es libre hasta completarse el aforo de la sala.

Gran Canaria Espacio Digital proyecta el filme ‘Adiós al lenguaje'

Para muchos, ‘Adiós al lenguaje’ (Premio del Jurado en el último Festival de Cannes) tiene todo el aspecto de una despedida, una obra testamentaria que culmina la consecuente evolución de Godard, un cineasta que nos invitó a preguntarnos qué había detrás de las imágenes, de un creador al que se le acabó quedando corto el lenguaje canónico del medio y que llevaba tiempo depurando el arte de articular citas ajenas (tanto literarias como cinematográficas), ecos de una poética personal e imágenes nobles y degradadas (aquí convive la memoria clásica del cine con el lienzo digital de última generación y el ruido pixelado de las grabaciones con teléfono móvil) para crear la ilusión de asistir a un pensamiento desplegado en directo, reflexión hecha cine o poscine.

El maestro de ‘La nouvelle vague’, de 83 años, plantea en ‘Adiós al lenguaje‘ un palpitante experimento al que suma sus teorías alrededor del cine, la sociedad y la cultura. A pesar de la fragmentación del relato y las imágenes aparentemente inconexas el filme parece formar un todo armónico, en el que se puede entrever la relación entre una mujer casada y un hombre soltero (Héloise Godet y Kamel Abdeli) que se aman y se pelean. Mientras, un perro (que pertenece a Godard y funciona como su álter ego)  vaga entre el campo y la ciudad.

Lo cierto es que Jean Luc Godard dijo adiós al lenguaje hace ya años, al menos si consideramos el lenguaje una herramienta para hacerse entender claramente. Su nueva película no es sino un nuevo ensayo cinematográfico en el que se solapan imágenes, texto y música, tecnología y naturaleza, y citas literarias y reflexiones políticas y religiosas. Ahora bien, comparada con la densidad histórica, política y estética de otras obras godardianas recientes, su última película es relativamente austera. Las ideas disponen de más espacio para respirar que en colagges previos. En todo caso, no ofrece una verdadera línea argumental a seguir, solo viñetas que incluyen a un hombre y una mujer desnudos que hablan, un perro y un asesino a sueldo. Se suceden referencias a la invención de la televisión, Hitler, el Tour de Francia y Youtube. Alguien se pregunta si «es posible producir un concepto de África», y el estado actual del arte es ilustrado por un hombre sentado en el retrete en la misma posición que El pensador de Rodin que defeca ruidosamente. ¿Qué significa todo ello? La muerte de la comunicación, la corrupción de la cultura, la evolución de nuestro modo de consumir imágenes, los problemas entre hombres y mujeres… El espectador puede intentar resolver el rompecabezas o simplemente dejarse llevar a través de la hipnótica experiencia estética que ofrece contemplar la película. No ha visto nada parecido en mucho tiempo.