Texto compuesto por Victoriano Santana Sanjurjo que recitaron las alumnas Rocío Santana Trujillo (i) y Victoria Corti Arce (d), del IES José Zerpa de Vecindario, en el acto de homenaje a Rafael Arozarena celebrado el jueves 23 de febrero de 2017 en la sede de la Presidencia del Gobierno de Canarias
Con la compañía del tiempo vestido de escrituras y de sonidos,
a quienes lean esto o esto oigan, nos dirigimos.
Nos guían las palabras labradas en esta tierra que encandila;
las que navegan, para hacernos islas, en el océano que nos abraza;
las que nos arrullan los alisios en el cielo que nos envuelve.
A quienes esto oigan y lean esto, nos dirigimos para pedirles
que no dejen de escuchar ni de leer, que no dejen de escribir ni de hablar,
sobre Canarias,
para Canarias,
desde Canarias.
No dejen de mostrar lo que somos:
literatura cotidiana recitada en nuestros quehaceres;
literatura de las emociones, los sentimientos,
que todos los días componemos
en miles de párrafos y estrofas que se simplifican
en una totalidad llamada
Canarias.
Por eso pedimos que fluyan las palabras que hablan sobre nosotros
y que nos ayudan a pensar en el futuro
leyendo sobre las tablas los verbos del pasado.
Que no se silencien las palabras con oropeles de leguleyos,
que no tropiece la poética con muros legislativos.
Que la llamada del humanismo al sentimiento y la ciencia
permita que nuestras palabras de literatura cotidiana y emocional
sean la oración diaria con la que hemos de bendecir
nuestros aularios y a nuestros alumnos,
nuestras calles y a nuestros ciudadanos.
Que no se silencien nuestros sonidos ni nuestras letras
porque del pueblo son y del pueblo somos.
Nuestras son sus palabras y las nuestras para ellos son.
Que nuestros hijos y nuestros nietos
sepan que son herederos de la palabra,
de ese patrimonio literario que sus padres y sus abuelos
aprendieron y conservaron para poder ser guiados
por las labradas palabras que encantan esta tierra;
por aquellas que navegan, para hacernos islas, en el océano que nos abraza;
por las que usan los alisios para arrullarnos con calidez bajo el atlántico cielo.
Protejamos el mayor tesoro que poseemos los canarios:
la palabra de los nuestros que da forma a la realidad que nos identifica;
aquella en la que nos educaron,
aquella en la que educaremos a nuestros hijos
para que hagan lo mismo con nuestros nietos.
Llenemos las calles de literatura,
alumbremos los corazones de vocablos hermosos.
Que no cese nunca el día de hoy,
que todos sean homenajes ofrecidos a las Letras Canarias
Universalicemos aquello que nos universaliza.
Difundan la palabra,
compartan la palabra,
sientan la palabra
y defiéndanla con el mismo amor con el que la palabra
pasa de un “yo” a un “nosotros”,
de un “ayer” a un “siempre”.
A los que lean esto y esto oigan, nos dirigimos;
y, sobre todo, a quienes pueden hacer
que lo leído y lo oído sea, por todos, oído y leído.
Por favor, luchen por que no se silencien ni se desprecien,
no se minimicen ni se compadezcan,
no se negocien las palabras que reconocemos y en las que nos reconocemos.
Que no deje nunca de darse este día;
que no dejen nunca de proclamarse nuestro agradecimiento
a quienes nos han embellecido con la hermosura de sus palabras
guiadas por una luz llamada
Canarias.