El Teatro Leal presenta ‘El Desencanto de Mefisto’

Mefisto ha perdido su poder, el conformista ser humano lo ha superado con su maldad. No puede soportar la materia que le mueve, se avergüenza. Necesita morir. Mefisto sufre.

Mefisto perdido, sin rango ni lugar, Mefisto, pesado pesando pensando pesadumbre pesadilla, merodea ya sin negar nada. Este poeta odiador de la palabra y ahora carente de razón fundamental ha vuelto a caer.
Esta idea (y más porque esto es el principio de un proceso que se inicia) me abre un extenso abanico de posibilidades que van desde el gesto figurativo, como unidad significa cargada de significación visible al espectador, al gesto abstracto que «estalla» en múltiples, ideas significativamente distintas a cada espectador.

Vuelvo a mi tema fundamental que es la corporeidad, interrelacionada de forma dinámica con esta idea, que es el problema, y la apropiación del espacio-tiempo.  Motivada por una búsqueda incierta y un poco dolorosa.
En esta triada procuro empujar (guiar) el cuerpo hacia lo extremo y lo contrario, trastornarlo, pervertirlo, en un intento de que lo no corporal aparezca en lo corporal.
Entre tanto intentaré entender el cuerpo que queda fuera del discurso y fuera y dentro del contexto. Visibilizarlo, presenciarlo