La película canaria Muchachos, de Raúl Jiménez, se proyectará este viernes, 21 de febrero, en el Espacio Cultural Aguere, a las 20:30 y 22:30 horas; y en el Tenerife Espacio de las Artes (TEA), del viernes al domingo, a las 19:00 y 21:30 horas.

Presentación de la película canaria Muchachos

Presentación de la película canaria Muchachos

 

El largometraje de cine independiente fue rodado en su mayor parte en La Laguna, para lo que contó con la colaboración de las concejalías de Cultura y de Turismo del Ayuntamiento del municipio. Asimismo cuenta también con la participación de Sinpromi, que se ha encargado de financiar el subtitulado y la audiodescripción para personas con discapacidad.

La presentación de la cinta ha tenido lugar esta mañana con la presencia de la concejala socialista responsable del área de Cultura del Ayuntamiento lagunero, María José Castañeda, quien estuvo acompañada por el director de la cinta, Raúl Jiménez, y por los actores Manolo Guerra e Iván Prieto.

La edil María José Castañeda ha agradecido la colaboración de todas las personas que han participado en el largometraje, desde sus actores hasta todo el equipo que rodea la producción del mismo. “Raúl Jiménez ha hecho una maravillosa película ambientada en La Laguna”, indicó. “Es siempre un orgullo llevar a cabo y colaborar en este tipo de proyectos”, comentó Castañeda.

Tal y como explicó el director, “Muchachos, que también posee algunas localizaciones de El Rosario y Tegueste, fue seleccionada para su proyección en el Festival Iberoamericano de Cine de Huelva el pasado mes de noviembre”. Cabe destacar que Raúl Jiménez difunde el cine entre la ciudadanía a través de talleres que lleva impartiendo desde hace ocho años, pues es un apasionado del celuloide. El director se formó en el South Thames College de Londres.

La película es una historia de esperanza en una sociedad sacudida por el desempleo, el paro y la marginalidad. Se trata de un filme social con situaciones cómicas que le suceden a una serie de personajes de diferentes edades. La cinta está dirigida a un público muy amplio y tiene como propósito fundamental divertir y entretener sin dejar de ser una obra de compromiso social.

En cuanto a la sinopsis, tres muchachos jóvenes se pasan las horas muertas frecuentando diferentes paisajes urbanos e interactuando con personajes muy singulares: desde un joven susceptible al mundo de la droga, pasando por un padre de familia buscando trabajo y hasta un abuelo que se enamora. Todos ellos desarrollan sus vidas de forma paralela en las mismas calles. Son chicos de hábitos saludables a pesar de estar en una edad en la que podrían ser susceptibles al mundo de la droga.

Ezequiel trabaja en la ferretería del amigo de su padre y colabora con los gastos domésticos. Manolito, interpretado por el actor Miguel Ángel Batista Rey, da vida a un maleante. Éste tiene varios hermanos en la cárcel y todo el mundo lo respeta, al tiempo que le temen, de modo que cada día se encuentra más solo por su áspero carácter. Su adicción a las drogas le anima a realizar varios atracos en la zona comercial de la ciudad. Manolito se ha convertido en un delincuente muy peligroso. A pesar de todo, muchos callan sus fechorías por miedo a posibles represalias. Finalmente es víctima de su propia estupidez.

Ezequiel, el padre, interpretado por Manolo Guerra, está desempleado. Su papel es la de un hombre honrado y trabajador, víctima de la falta de actividad. Sus intentos por encontrar trabajo son inútiles. En su búsqueda de empleo se expone a situaciones poco habituales.

Federico es interpretado por Antonio Cifo. Es un abuelo jubilado y viudo. Se siente un inútil y la única familia que tiene es su nieta y un perro. Lleva flores con frecuencia al cementerio, ya que echa de menos a su difunta esposa. Su nieta Dácil no duda en llevarlo a un centro de la tercera edad como si se tratara de una guardería. El abuelo, a pesar de ser bastante terco, logra relacionarse con los demás. Allí conoce a gente mayor como él, pero llenos de optimismo y felicidad. Federico pasa de ser un viejo amargado a un amante romanticón, al enamorarse de una señora que juega a las cartas.